viernes, 16 de febrero de 2018

Así se anunciaba el balneario de O Incio hace noventa años

La publicidad de los años 20 resaltaba la gran variedad de dolencias tratadas con las aguas de A Ferrería


.Una fotografía del hotel balneario de O Incio datada en 1920

FRANCISCO ALBO ROI FERNÁNDEZ
MONFORTE / LA VOZ 16/02/2018 05:00 H

Hace trece años que se detuvieron las obras de reconstrucción del antiguo hotel balneario de A Ferrería de O Incio y desde entonces no ha surgido ningún otro proyecto para rehabilitar el célebre establecimiento. El aspecto desolado que ofrece hoy el edificio contrasta fuertemente con la situación que se vivía cuando se imprimió un folleto publicitario al que pertenecen las imágenes situadas sobre estas líneas. La publicación carece de fecha y no se sabe con certeza cuando apareció, pero se puede suponer que data de en torno a 1927. Según el folleto, el balneario era atendido entonces por el médico Cipriano Rodrigo Lavín. Una información publicada por este diario el 10 de agosto del referido año señala que dicho facultativo estaba en aquella época al frente del servico médico del establecimiento.

El folleto contiene un texto firmado por este médico en el que se explica que el balneario acogía en esos tiempos a «anémicos de todas clases» que habían contraído tal dolencia por múltiples causas, desde las enfermedades infecciosas hasta la «estancia en climas cálidos», pasando por parásitos intestinales, embarazos y partos repetidos, lactancias prolongadas o «hemorragias de toda índole». A estos pacientes se sumaban cloróticos -afectados por un tipo de anemia-, neurasténicos, linfáticos, diabéticos, palúdicos y enfermos de enteritis y congestión hepática.

 «Resultados sorprendentes»

Cipriano Rodrigo afirmaba haber visto «resultados sorprendentes en todos estos casos, pero especialmente en clorosis, en la época de crecimiento, anemias de todas clases y paludismo». Durante su estancia en el balneario -agregaba el médico-, estos pacientes conseguían «adquirir rápidamente la cantidad de hemoglobinay de glóbulos normales, y los palúdicos, que desaparezcan definitivamente los accesos febriles». A su juicio, todos estos efectos beneficiosos se debían «a la acción del hierro y el arsénico» de las aguas del manantial pero también a «a la estancia en buen clima, en aire puro y altura suficiente».

El folleto, por otro lado, resaltaba la «situación inmejorable»del balneario, diciendo que se encontraba «en el centro de Galicia, región que tan grande encanto ofrece al turismo». La publicidad indicaba además que era posible acceder al establecimiento desde la línea ferroviaria de Madrid a A Coruña -a través de la estación de Bóveda- y que la situación del balneario permitía «realizar las más bellas excursiones por Galicia con comodidad». Asimismo, la publicación señalaba que en A Ferrería funcionaban en esos años varios hospedajes de diversos precios -el llamado Gran Hotel, el Palacio y la Sucursal del Palacio- y que los paisajes del entorno eran «extremadamente pintorescos».

«Brillante colonia femenina»

La mencionada información ofrecida por este periódico en 1927, por otra parte, apunta que en esa época acudía anualmente al balneario «una brillante colonia femenina -y bastantes jóvenes del otro sexo- procedentes de toda España y aun de América». Dice asimismo que «caravanas de borriquillos» llevaban a los pacientes desde A Ferrería hasta el pabellón donde se encuentra el manantial -a 1,5 kilómetros de la localidad-, aunque también había «un automóvil que evita la fatiga de la ascensión». Por otro lado -agregaba la crónica- «son no pocas las agüistas animosas que hacen la subida a pie en alegre y animada charla».

Cuando se publicó esta información en La Voz, el médico responsable del balneario de O Incio acababa de regresar de un viaje de estudios por varios países europeos que pudo realizar gracias a una pensión concedida por el Gobierno. Cipriano Rodrigo Lavín, nacido en San Sebastián en 1892, había ampliado su formación en el Reino Unido después de doctorarse en medicina. Fue también catedrático de psicología experimental en la Universidad Central de Madrid. Además de su labor profesional, desempeñó una intensa actividad política en el partido Unión Republicana. Por este motivo fue expedientado y separado del servicio por la dictadura franquista en 1939. Estuvo exiliado en Francia hasta 1948 y a su regreso ya no pudo ejercer la docencia ni trabajar en hospitales públicos. Hasta su muerte en 1972 llevó una consulta privada en su domicilio de Madrid.

Fechas destacadas

1892 Construcción del hotel balneario de A Ferrería

1894 Declaración de utilidad pública de las aguas del manantial

1995 Cierre del hotel

1997 Venta de la propiedad a la empresa Alba Marketing

2005 Paralización definitivas de las obras de reconstrucción

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/lemos/2018/02/16/anunciaba-balneario-incio-noventa-anos/0003_201802M16C5991.htm