lunes, 7 de agosto de 2017

Un cementerio medieval que emerge con rapidez en A Pobra do Brollón

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En el yacimiento del castro de Cereixa se exhumaron once tumbas, algunas de ellas durante la última semana

FRANCISCO ALBO
MONFORTE / LA VOZ 07/08/2017 07:38 H

El jueves se dará por terminada la segunda campaña de excavaciones arqueológicas en el castro de San Lourenzo -en la parroquia de Cereixa, del municipio de A Pobra do Brollón-, en la que se ha puesto al descubierto una necrópolis medieval de la que hasta ahora no había ninguna noticia. Durante este tiempo, los investigadores han exhumado varias antiguas tumbas cuyo número no deja de aumentar. Hasta el pasado martes se habían localizado ocho sepulturas y ayer ya se contaban once. El director técnico de los trabajos, Xurxo Ayán, señala que en el lugar seguramente hay más enterramientos, pero hasta la próxima campaña no está previsto buscar más.

Las tumbas se encuentran en el entorno de las ruinas de la antigua capilla de San Lourenzo, que empezaron a ser desenterradas en el recinto del castro el pasado año. Los arqueólogos suponen que esta construcción fue originalmente la iglesia de la parroquia de Cereixa, cuya ubicación se desconocía con exactitud, ya que no se ha encontrado ningún documento histórico que la mencione. Una de las sepulturas recién exhumadas está situada junto al ábside del templo, en la parte exterior, y ofrece un especial interés para los investigadores. «É unha tumba de tipo monumental, moi diferente das outras, e suponse que é dalgún personaxe importante», explica Ayán.

Huesos y cerámica

El equipo arqueológico estuvo excavando ayer esta sepultura y encontró fragmentos de hueso y de cerámica decorada que serán estudiados a partir de hoy. Para esta semana, por otro lado, está previsto que la antropóloga forense Candela Martínez examine varios restos humanos -huesos y dientes- recuperados en algunas de las otras tumbas. Los investigadores esperan que algunos de ellos puedan ser datados con el método del carbono 14, lo que permitiría conocer con precisión la antigüedad de esta necrópolis. Por ahora, teniendo en cuenta el tipo de enterramiento, se supone que el cementerio puede datar de entre los siglos VIII y X.

Además de la iglesia y las sepultura, en las excavaciones también se han puesto al descubierto algunos vestigios de viviendas que parecen pertenecer al mismo período. Xurxo Ayán apunta que todos estos indicios permiten suponer que el castro volvió a ser habitado y fortificado durante esta etapa histórica -algo que también sucedió en otras partes de Galicia-, que se caracterizó por una gran inestabilidad social y política y que todavía está muy poco estudiada en el conjunto del noroeste ibérico. En sus orígenes, el castro de San Lourenzo fue un asentamiento galaicorromano relacionado probablemente con las explotaciones mineras auríferas que existieron en esta parte del sur de la provincia. Otros vestigios sugieren que albergó un centro metalúrgico de fabricación de herramientas.

Las tumbas se encuentran en torno a una antigua iglesia y en algunas hay restos humanos